Los activos intangibles son aquellos con los que contamos (conocimiento y capacidades) y que resultan imprescindibles para desarrollar los procesos necesarios para elaborar las propuestas de valor de cada negocio. Se agrupan en tres grandes bloques.
- Capital humano: La asesoría la conforma un buen capital humano, perfectamente cualificado para desarrollar sus tareas en el área de negocio pertinente. A medida que han aumentado los clientes y ha crecido la empresa se ha contratado nuevo personal.
En la selección del mismo se buscó que tuviera formación acorde al puesto de trabajo pero igualmente se dio valor a las capacidades que la persona tenía y podría ser capaz de desarrollar. Apuesta arriesgada pero la cultura de la empresa es creer en las personas puesto que si tiene buenas personas y capaces, con la base de estudios precisa (FP, Licenciados, Postgrados …) en función del puesto a cubrir y las expectativas de futuro que se tenga para esa persona, el trabajo se aprende en el día a día y el resultado es óptimo. Prueba de ello es la satisfacción de empleados, empleadores y clientes.
- Capital de información: en el despacho se dispone de todas las aplicaciones informática e infraestructuras tecnológicas precisas para realizar el trabajo de forma óptima. Se cuentan con programas informáticos estándar y otros personalizados para cada materia e incluso se dispone de programas concretos para clientes que los llevan desde sus empresas pues facilita el trabajo de trasvase de datos, por ejemplo.
- Capital de organización: la organización, en su conjunto, tiene capacidad suficiente para afrontar los cambios y adaptarse a las nuevas necesidades y requerimientos que surjan. Siempre con el objetivo de dar el mejor servicio a los clientes.
Cultura, liderazgo, unidad y trabajo en equipo. Componentes perfectamente interiorizados y desarrollados. Por las características de la actividad, cada departamento trabaja su área (fiscal, laboral…) y cada profesional es autónomo, responsable y capaz de desarrollar su trabajo pero la empresa se concibe como un todo. Los clientes son de la empresa, no del departamento. Y al frente de ella están los profesionales que con su ejemplo garantizan el asentamiento de estos valores.